En el hilo turras de hoy, vamos a hablar de un concepto pervasivo, que nos rodea como el agua de David Foster Wallace: La pantomima.
Decidido, éste fin de semana hablo de la Pantomima.
Últimamente es algo que me obsesiona, supongo que al darme cuenta de que en realidad gobierna nuestra vida de una manera absolutamente omnímoda.
La principal industria del país es la pantomima.
La historia de la pantomima es muy antigua y variada. La pantomima es una forma de expresión artística que se basa en el uso del cuerpo, los gestos y las expresiones faciales para contar una historia sin palabras.
La pantomima tiene sus orígenes en la antigua Grecia, donde se practicaba una danza llamada pantomimus, que representaba escenas trágicas o cómicas. Esta danza se trasladó a la cultura romana, donde se convirtió en un espectáculo popular y satírico.
Sin embargo, la iglesia cristiana consideró que la pantomima era inmoral y la prohibió durante la Edad Media.
La pantomima resurgió en el Renacimiento italiano, con la Commedia dell'arte, una forma de teatro improvisado que usaba máscaras y personajes típicos, como el Arlequín o el Payaso.
La Commedia dell'arte se extendió por toda Europa y llegó a Francia e Inglaterra, donde se adaptó a las tradiciones locales. En el siglo XVIII, la pantomima se refinó y se hizo más expresiva, gracias a autores como Engel, que defendió el valor del gesto silencioso.
En el siglo XIX, la pantomima se asoció al mundo del circo y al personaje de Pierrot, que fue interpretado por famosos mimos como Deburau o Grimaldi. En Inglaterra, la pantomima se convirtió en un espectáculo navideño para niños, basado en cuentos populares y con música y danza.
En el siglo XX, la pantomima se renovó y se fusionó con otras formas de arte, como la acrobacia, la danza o el cine. Algunos de los artistas más destacados de este siglo fueron Keaton, Chaplin, Decroux o Marceau, que popularizaron la pantomima como un arte universal y poético.
La pantomima sigue siendo una forma de expresión artística muy apreciada y practicada en la actualidad, que ha influido en muchos otros géneros y disciplinas.
Yo uso generalmente la palabra pantomima para recoger toda una serie de manifestaciones que tienen que ver fundamentalmente con el afán de mantener vivo un relato falso conscientemente.
Dejo fuera la disonancia cognitiva, que en realidad lo considero un trastorno neurológico o algo más relacionado con la psicología social que algo relacionado con la pantomima.
También dejo fuera todo lo relativo a las fake news y la desinformación, de lo que hablamos largo y tendido con @mtascon en su momento:
Hablé algo del tema en su momento en el hilo turras sobre construcción de confianza.
Tal y como comenté en su momento, vamos a hablar de como nos hacemos una idea de una persona o un personaje público, y en general, como se construirá la confianza en un siglo XXI donde nadie conoce a nadie. Como el tema es complejo, serán dos o tres hilos. https://x.com/Recuenco/status/1702005620646289555?s=20…
Uno de los motores fundamentales de la pantomima es un mecanismo psicológico fascinante. La gente que quiere ser engañada.
Algunas personas quieren ser engañadas y obtienen beneficios psicológicos del proceso porque les permite mantener una ilusión de felicidad, evitar el conflicto y la ruptura, o justificar sus propias infidelidades.
Algunas personas prefieren ignorar o negar las evidencias de una infidelidad y seguir creyendo que su pareja les es fiel y les quiere. Esto les ayuda a preservar su autoestima, su seguridad y su estabilidad emocional.
Sin embargo, esta actitud también implica un alto costo psicológico, ya que supone vivir en una mentira y renunciar a una relación más auténtica y satisfactoria.
Otras personas son conscientes de que su pareja les engaña, pero deciden no afrontar el problema y seguir con la relación. Esto puede deberse a que temen las consecuencias negativas de una confrontación, como la violencia, el rechazo o la soledad.
También puede deberse a que tienen hijos, intereses económicos o compromisos sociales que les impiden separarse. Estas personas optan por tolerar la infidelidad como un mal menor, pero también sufren un deterioro de su autoestima, su confianza y su bienestar.
Otras personas quieren ser engañadas porque les sirve de excusa para ser infieles a su vez. Estas personas pueden tener un bajo nivel de compromiso, de satisfacción o de amor en su relación, y buscar fuera lo que no encuentran dentro.
Al creer que su pareja les engaña, se sienten menos culpables y más legitimados para hacer lo mismo. Estas personas pueden experimentar un placer momentáneo, pero también una mayor insatisfacción y conflicto en su relación.
Este es un escenario que ya he comentado que traslada fácilmente a otros escenarios, como la consultoría, y he usado en varias ocasiones la metáfora de Johnny Guitar:
Y he mencionado en múltiples ocasiones la escena mítica de Johnny Guitar al respecto, que es un deal de consultoría clásico en toda regla:
Hablábamos el otro día que asimismo es una mecánica clásica que se da también en la política.
Se reúnen dos grupos políticos. Y en privado, saben las cosas razonables y las no razonables. Son conscientes de qué es realpolitik y qué es performance.
Y alguien dice "Es que esto yo no se lo puedo vender a mi gente, me crujen" , y el otro dice "Yo a los míos les tengo que decir tal y tal, porque si no me van a llamar traidor"
Entonces dicen "Vamos a hacer una cosa, vamos a trabajar en esta línea sensata de puertas adentro, pero tú en los medios dices eso y yo digo lo otro, y ya si las aguas se calman en la opinión publica o terminan tragando lo visibilizamos mas" Se dan todos la mano y tan amigos.
Entre ellos todos se conocen y son profesionales. Termina la escenificación y pueden preguntarse por la familia cercana.
@ahedilla estima que el ratio pantomima/realidad es aproximadamente del 66% vs. 33%. Me encaja, si acaso yo me iría más a Pareto.
Los partidos que consideran que el relato no es serio, o que no poseen la habilidad, sufren brutalmente. Los que es su único activo, terminan muriendo por abusar de él.
Milei y Pablo Iglesias han entendido qué comunicación resuena.
La madre que me matriculó en Bases de Datos. Turra limit alert. Cerremos, resumamos, marchemos.
Los niveles de pantomima actual son intolerables porque ha ingresado en la conciencia colectiva (salvo en gente con el reloj parado) mi tesis de que la realidad importa una mierda pinchada en un palo y que vivimos en la era de la misdirection:
Nunca es el qué, sino el quién. Nunca es la realidad, siempre es el relato. Nunca es lo importante, siempre es el señuelo. Vivimos en la misdirection age.
Con lo cual todo el mundo se aplica de manera particularmente exagerada a la sobreactuación, al drama, a la ópera italiana. Yo soy mejor Rigoletto que tú.
La realidad es fea, las máquinas han ganado, el filete es falso, pero mi cabeza necesita paz mental.
Todo el mundo piensa que los demás están comiendo filete, mientras tiene los abazones llenos de filete y de lo que no es filete.
Y ese es el punto: La gente no es tanto que sea idiota como que obtiene una especie de certeza, de paz mental, de conciliación con su cosmovisión, en el hecho de fumarse puros como oleoductos.
Este proceso es tan intenso que generalmente cuando te llaman la atención, tu reacción es siempre la de la conspiración mediática, seas Felipe González, Gallardón, Gil, Xavi Hernández o Pablo Iglesias. La alternativa es dudar de tu cosmovisión. De tu identidad. De ti mismo.
Voy a intentar cerrar mi tesis con una historia que me fascina, la de Karen Blixen, la autora de "Memorias de Africa"
En marzo de 1941, dos meses después de su boda, Karen Blixen fue diagnosticada de sífilis en la segunda fase. Se lo había contagiado su marido, del que había heredado el título de baronesa y que era un pichabrave extraordinarie.
Su padre, Wilhelm Dinesen, militar, parlamentario, se suicidó cuando ella tenía diez años, atormentado por no resistir la presión de padecer sífilis, enfermedad que en aquella época estaba estigmatizada.
Su madre, Ingeborg Westenholz, quedó sola con cinco hijos a su cargo, a los que pudo mantener gracias a la ayuda familiar. Karen, como sus hermanas, se educó en prestigiosas escuelas suizas y se la educó para las clases altas.
En inmortales palabras de Karen: "En ocasiones pienso que la sífilis ha sido un adecuado precio a pagar por ser baronesa"
Hay personas que aceptan la sífilis por razones que se nos escapan. Algún título psicológico deben recibir. #finhilo
P.D. I: La historia de la pantomima | Geniolandia. https://geniolandia.com/13125532/la-historia-de-la-pantomima….
P.D. II: Un libro clásico sobre la infidelidad:
P.D. III: El momento perfecto que yuxtapone pantomima, interés, y Karen Blixen sin duda alguna tiene que ser éste: