En el hilo turras de hoy, vamos a cerrar (por el momento) la tetralogía sobre la convergencia de la IA y el CPS. Volveré seguramente en algún momento, pero creo que ha llegado el momento de darle un descanso. To the turron.
Mañana cierro tetralogía IA/CPS hablando de centauros, soluciones multinivel, cajas de diez cerrojos y asaltos multi factoriales. Volveré al tema pero paro ya por no hacerme (más) pesado.
Voy a enhebrar el hilo de hoy en base a un par de experiencias personales del último mes.
Este jueves viajé a Valencia para un par de asuntos personales y uno profesional:
La @aerautomation es una de las asociaciones señeras en España de Robótica y Automatización, con 140+ asociados en España, entre ellos compañías con las que tengo una larga relación como @tecnalia.
Fueron tan sumamente inconscientes de convocarme como experto y encargarme un artículo (El principal? WTF?) para su Anuario y Asamblea.
Y de qué les hablé? Obviamente, de mi obsesión actual, de los centauros, de la convergencia entre IA y CPS, de los espacios liminales, de la convergencia entre la tecnología y las ciencias sociales.
En un alarde de cursilería infecta, su último párrafo viene a ser: "Las grandes creaciones de valor se producen en las zonas liminales."
"Que mejor que comprender que la robótica y la inteligencia artificial tendrán antes o después un cálido encuentro con las ciencias sociales de igual modo que el magma de un volcán en erupción encuentra las aguas del mar. Vivimos tiempos fascinantes."
Reconozco que estoy muy tentado de dejar el hilo aquí, porque en el fondo este es el resumen de la tetralogía de hilos.
La otra anécdota fue hace un par de semanas en el módulo de IA y CPS del curso sobre IA & Business de mi carnal @agustincnc
Lancé a los alumnos uno de los desafíos (Casos de uso) que suelo usar en mis seminarios de CPS. Es una mezcla de caso real + pensamiento lateral + problemática wicked + escenario cercano sobre el que no solemos reflexionar en profundidad.
De pronto, a Agustín se le ocurrió la intervención liminal brillante, el momento ajá: "Preguntadle a ChatGPT a ver que os contesta"
ChatGPT retornó perfectamente todas las respuestas obvias, e incluso las no tan obvias que estaban sometidas a la disciplina del reino complicado.
Naturalmente, no pudo hablar con los stakeholders, como yo hice en su momento, ni pudo hacer Genchi Genbutsu, como yo hice, ni pudo plantear escenarios de pensamiento lateral. Ignoró la causa raíz más relevante del problema, porque no había sido resuelta en su dataset.
Fué un experimento fracasado? Fue un rotundo éxito.
Proporcionó de manera casi inmediata, un razonamiento sistematizado de varios factores que contribuyen a la causa múltiple. Proporcionó referencias y documentación. Proporcionó material gráfico. Ordenó de manera coherente la presentación de resultados.
Ahorró lo que hubieran sido cientos de horas mías y de mi equipo en tareas importantes y de pensar, sistematizar y organizar. Y aún así, dejó claro el concepto de moat humano del que hablábamos el otro día.
Pues lo mismo con los negocios, hay negocios que piden cuantización, y hay objetos que piden toque humano. Los negocios que piden cuantización serán apisonados por la IA, lo que demanden toque humano, tendrán un moat.
La aventura con ChatGPT nos recuerda una cosa fundamental que no se suele mencionar a la hora de gestionar problemas complejos con raíces múltiples: La asimetría de las raíces y la problemática multinivel.
Durante un tiempo, cuando hablaba de CPS, utilizaba una metáfora de las mías: Era un poco como la caja de diez cerrojos de Mortadelo y Filemón:
En otro hilo hablaré del error adicional que implica abordar estas cosas en solitario, más de Gödel, y como el CPS es un poco como la caja de 10 cerrojos. #finhilo
El problema con la metáfora de la caja de diez cerrojos, es que correspondía al esquema clásico de las aventuras de 44 páginas de M&F, que presenta una anomalía con respecto al CPS real.
El formato de 44 páginas de las aventuras de M & F se gestó a finales de los años sesenta, cuando la editorial Bruguera e Ibáñez decidieron ampliar las historietas cortas de cuatro páginas para adaptarse al estilo de las historietas franco-belgas como Tintín y Astérix.
Esto supuso un reto para Ibáñez, que tuvo que mantener el humor y la coherencia narrativa en unas aventuras más largas y complejas. Además, se introdujeron nuevos personajes como el Súper, Ofelia y el profesor Bacterio para dar más variedad y dinamismo a las historias.
El formato de 44 páginas se organizaba en episodios autoconclusivos de cuatro páginas que se publicaban semanalmente en revistas como Gran Pulgarcito y Mortadelo.
El éxito y la popularidad de Mortadelo y Filemón hicieron que Bruguera explotara al máximo la serie, exigiendo a Ibáñez un ritmo de producción frenético que le causó problemas de salud.
El problema es que el esquema era siempre el mismo: Planteamiento del problema (4 pag) + 9 x problemas iguales en contextos diferentes (4 pag) + 1 x problema más corto (3 pag) + 1 x resolución (1 pag) = 44 paginas.
Podéis ir intuyendo ya el problema: All models are wrong, some are useful. Los problemas eran todos equipotenciales.
Solo el último se convertía en algo más sencillo pero solo por la necesidad de dar una conclusión, normalmente siempre amarga.
Esto tiene más miga de lo que parece: Por ejemplo, fueron las pruebas de Hércules equipotenciales?
Las pruebas de Hércules no fueron todas igual de difíciles, sino que hubo algunas más fáciles que otras, según el tipo de desafío, el grado de peligro y la ayuda que recibió el héroe.
Por ejemplo, se podría considerar que la prueba más fácil fue la de limpiar los establos de Augias, ya que solo requirió de ingenio y fuerza para desviar el curso de un río y dejar que el agua hiciera el trabajo. (Pensamiento lateral FTW!)
Además, Hércules no tuvo que enfrentarse a ningún enemigo ni correr ningún riesgo. Otra prueba relativamente fácil fue la de capturar a la cierva del monte Cerineo, ya que solo implicó una larga persecución, pero sin ningún combate ni amenaza.
Por el contrario, se podría considerar que la prueba más difícil fue la de capturar a Cerbero, el guardián del inframundo, ya que Hércules tuvo que descender al reino de los muertos y enfrentarse a una bestia de tres cabezas y cola de serpiente, con sus propias manos y sin armas.