Volver atrásEl Turrero Post

El síndrome del impostor en profesionales de la salud y cómo afecta la toma de decisiones en situaciones críticas

Publicado el 13/4/2023 / 7:57:19. Tiempo de lectura: 6min.Leer en Twitter

En el hilo turras de hoy, hablaremos de ésta disonancia cognitiva en la raíz del CPS:

Javier G. Recuenco @Recuenco

Hablo de esto éste sábado.

Mucha gente se siente terriblemente confundida ante esta aparente paradoja que plantea el CPS: Hay que disfrutar de sentirse incompetente al mismo tiempo que uno se mantiene operativo.

Es como soplar y sorber, no? Tenemos una idea de la la gente operativa y profesional, que es casi antitética con la gente incompetente y con dudas.

Lo que ocurre es que tenemos problemas , como es el caso de con la legendario dilema de Denia, con las realidades conflictivas que se generan entre la necesidad de abordar una actuación audaz que dispara un trigger colateral que genera un miedo bloqueante.

Paco Jariego (Blue Check Outcast) آزادی @fjjariego

El dilema de Denia

Yo ya he comentado que soy una persona muy asertiva, producto de un proceso traumático.

La asertividad, si quiere ser efectiva, tiene que ir acompañada de una feroz restricción de la pirotecnia abrasiva, un autocontrol casi obsesivo para evitar que todo estalle sin control.

El síndrome del impostor es un fenómeno social más que una entidad clínica, por lo que su definición es variada.

Un fenómeno social es cualquier comportamiento, acción o acontecimiento que tiene lugar debido a la influencia social, incluidas las influencias sociales tanto contemporáneas como históricas.

A menudo son el resultado de procesos polifacéticos que añaden dimensiones cada vez mayores a medida que operan a través de nodos individuales de personas. Por ello, los fenómenos sociales son intrínsecamente dinámicos y operan en un contexto temporal e histórico concreto.

Los fenómenos sociales son datos observables y mensurables. Puede que los impulsen nociones psicológicas, pero esas nociones no son directamente observables; sólo lo son los fenómenos que las expresan.

Sin embargo, las psicólogas clínicas Pauline Rose Clance y Suzanne Imes (1978) desarrollaron originalmente el concepto y lo definieron como "una experiencia psicológica de fraude intelectual y profesional".

Así pues, tiene sentido empezar con la obra seminal de Clance de 1986, El fenómeno del impostor, que explica la naturaleza del síndrome del impostor.

Este libro, dividido en tres partes, examina cómo y por qué se produce y ofrece orientación sobre cómo superarlo con varios ejercicios prácticos intercalados.

Por ejemplo, el Dr. Clance esboza el marco "ABC" del éxito: Capacidad, Oportunidades y Coraje. Aclara que las personas con síndrome del impostor se obsesionan con la creencia de que sus logros se deben únicamente a las oportunidades y al valor, y no a sus habilidades.

Cualquiera que se pregunte si realmente está experimentando el fenómeno del impostor también se beneficiaría de la prueba de autoevaluación de la Dra. Clance.

Así como con su descripción de cómo las personas con un "perfil de impostor" quedan atrapadas en ciclos de dudas sobre sí mismas, negatividad y miedo.

Curiosamente, también hay secciones del libro dedicadas a explorar cómo se manifiesta el fenómeno del impostor en diferentes roles culturales, como estudiantes, madres y médicos.

El acto médico es un ejemplo de libro de un ejemplo de CPS que puede generar un trigger que derive en errores por arrogancia o síndrome del impostor.

¿Por qué digo que cualquier acto médico? Porque lo que determina la principal diferencia sería la prontitud con la que hay que tomar decisiones que pueden tener consecuencias vitales, de la misma manera que se tomaría en un quirófano o en un entorno de la UCI.

Entran múltiples variables, relacionadas con el paciente, el profesional que le atiende, con el entorno sociosanitario y con el factor X (por qué no).

Voy a cambiar el binomio ineptitud/operatividad por inocencia/operatividad. ¿Qué quiero expresar con inocencia?, mente abierta, ausencia de arrogancia, respeto a la patología que nos están contando como si fuéramos estudiantes de último curso o primer año de residencia.

En definitiva, huir de la desidia y costumbre de haber hecho eso más de mil veces, mantener la guardia alerta. Esto será lo que nos haga ser operativos y poder descomponer en pequeñas fracciones ordenables y con sentido los datos que nos aportan.

Dependiendo de la premura, podrá ser emergente (una parada cardiaca, una hemorragia aguda…), urgente, o con tiempo suficiente para acudir a una consulta en atención primaria o en el especialista.

El paciente en si es un CPS, lo qué cuenta, cómo lo cuenta, su vivencia personal de la situación de enfermedad pueden orientarnos o confundirnos sobre el foco del cuadro y sobre la emergencia (hay pacientes con un infarto que lo viven con más tranquilidad que otros con un uñero).

Fijaos un bebe de meses, sólo llora y la información viene de unos padres preocupadísimos y desbordados, o eres inocente (permeable) a lo que te cuenten o si eres arrogante puedes perder datos importantes para estructurar el proceso.

El médico… recibe datos, los descompone, solicita pruebas, recibe más datos, los recompone y emite una solución, o no, pero no te puedes quedar quieto y tienes que seguir siendo operativo.

Creo que para tener un mayor número de aciertos es fundamental mantener ese binomio inocencia-ineptitud/operatividad, respetando así la complejidad del proceso. La arrogancia podría llevarnos a decir “esto es así porque lo digo yo” y solucionarlo de manera fácil por la tangente.

Ojo, la arrogancia no sólo es patrimonio del médico, hay pacientes que vienen exigiendo determinadas pruebas y ponen en duda el quehacer del profesional de la salud porque se han formado un criterio en Dr. Google y cuñadeo.

O considerar el entorno sociosanitario. El nivel cultural y educacional del paciente es policromado, desde colores “negros oscuros” hasta rojos agresivos, pasando por tonos pasteles. Lo dejo ahí.

La madre que me matriculó en Bases de Datos. Turra limit warning. Bajada de persianas, colgar el letrero de cerrado, barrer el suelo, sacar la basura.

Tengo muchísima gente que se que sería un trueno haciendo CPS, pero que no se lo permite. Hay mucha gente que no creo que pudiera hacerlo bien, pero que considera que lleva haciéndolo años.

Porque requiere algo muy específico y difícil de encontrar, el decidir en los grises desde la confianza humilde:

Siempre me quedé con aquella frase del poema de León Felipe que decía que “no había nadie peor para enterrar a los muertos que un enterrador” en referencia a la desidia, a la costumbre, y porqué no, a la arrogancia de “esto lo hago yo con la chorra”

No hay sensación como entrar en una habitación llena hasta las trancas de cosas nuevas y diferentes, de desafíos y oportunidades por solucionar.

"There's a house we can build Every room inside is filled with things from far away Special things I compile Each one there to make you smile on a rainy day."

No hay sensación como la pila de libros por leer de la rata de biblioteca de "Time enough at last" en Twilight Zone.

Una vez liberado de esa pretendida seguridad necesaria como consultor, te puedes mostrar como eres.

Javier G. Recuenco @Recuenco

Y recuerda, si no estás seguro de lo que dices, no te contratarán en McKinsey.

En el CPS no tienes que pretender conocimientos que no posees . Si tu cliente prefiere que le engañen, están en su derecho y hay multitud de oferta.

Javier G. Recuenco @Recuenco

Yo proporciono el teléfono de McKinsey a quien es obvio que le va a ir mejor con ellos que conmigo.

Se puede ser muy asertivo desde la ignorancia. Se puede ser operativo desde el desconocimiento. Se puede tener un conocimiento base y ser capaces de gestionar circunstancias desconocidas, con información asimétrica y muy estresantes.

Le corresponde al cliente determinar si eres un CPSer o si sencillamente eres un inútil. Caveat Emptor. #finhilo

P.D.I: Sindrome de impostor y mujeres, don't get me started.

P.D. II: Este es un libro muy interesante sobre aspectos concretos.

P.D. V: Muchas ideas e inspiración vienen de charlas con Miguel Angel Taberna, eximio internista y amigo del alma. Gracias, Taber!