En el hilo turras de hoy, a pesar de que tengo mil temas pendientes de #preguntaalrecu, me apetece hablar de algo sobre lo que llevo reflexionando un rato: La escurridiza relación entre éxito y talento.
Lo venía pensando de resultas de la conversación (Una de tantas) que tuvimos ayer comiendo los tres tenores:
El equipo 3x3 preparando jugadas ensayadas. Este año la liga senior de residencias no se nos escapa. @jaime_rdes @samuelgil
La pregunta era: Como capitalizar la creación de contenidos? Como recuperar el esfuerzo invertido en lo que estamos haciendo? Como obtenemos retorno crematístico de lo que hacemos?
Todos tenemos psicological income, pero si le queremos dedicar tiempo y compromiso, tiene que haber algo más. Si no, llega un momento en el que se convierte en una esclavitud más, sobre todo si tiene una periodicidad concreta.
Esto les aplicaba sobre todo a ellos, que dedican 8/10 horas por podcast, muchas veces obligándoles a hacer esfuerzos ímprobos. Nosotros en @heavy_mental vamos bastante más con la chorra fuera, sobre todo @_miki, que como es un puto genio no le hace falta.
La mayor parte de vosotros estareis familiarizado con el concepto de Ikigai:
Siendo un framework que me parece correcto, me parece asimismo demasiado sintético. A mi me gustan bastante más las historias de talento desaforado que se da a pesar de todas las circunstancias en contra.
Los que me conocéis sabéis que soy más metálico que los remaches de la muñequera de Rob Halford.
Mi padre era aficionado a los toros y la caza. Supongo que por aquello de matar al padre figuradamente, no ha habido cosa que me diera más por el saco que la trilogía español-costumbrista: Toros, caza y flamenco.
Soy además un stajanovista, un workaholic y un triste que no le va la fiesta ni la noche, ya ni hablemos de las drogas.
Así que os podéis imaginar lo muy cerca que me cae todo el mundillo flamenco. Por no gustarme, ni me gustaba la guitarra, yo no tengo ninguna técnica de rasgueo y mano derecha, soy de púa.
Pero llegó @luismi_barral y me jodió la vida con dos cosas: La tauromaquia y el flamenco. Me hizo ver, sin presionarme, que había more than meets the eye. Y joder, vaya manantial.
Quien de vosotros sabía, por ejemplo, que los gitanos de Triana tuvieron una noche de los cuchillos largos en los 50, en que los sacaron nazi style de sus casas alegando ruina inminente para llevarlos a campos de refugiados?
Al menos eso asevera Ricardo Pachón, en su documental Triana Pura y Pura:
No es un relato compartido por todo el mundo, como se ve en este artículo, pero si non e vero e ven trovato:
Pachón es una persona que descubrí por medio de los artículos espectaculares sobre el tema que podeís encontrar en @jotdown
Haceos un favor e ir perdiéndoos en los artículos sobre el tema. Los de Smash, Eduardo R. Rodway, los García Pelayo, Gualberto... joder, puedes perder un puto día ahí yendo de artículo en artículo, de talento desconocido a talento desconocido.
@guillermodeharo me lo ha insinuado un par de veces, pero no me iré al hoyo sin escribir algo para @jotdownSpain. La propia existencia de un sitio que está diseñado para escribir de lo que sea, siempre que sea con calidad, es por su mera existencia un pequeño milagro.
El caso es que fui metiéndome hasta las trancas. La hostia. Gente tribal, casi feral, que te cuenta historias de padres que se mueren de hambre y dramas salvajes a punta de navaja.
Gente que no ensaya y que canta y toca lo que le sale de los mismísimos huevos. Un baile, que antes de que se lo llevara por delante la Sección Femenina, era más sexual que la Lambada y el twerking más loco.
Y llegas a gente como Ray Heredia, un puto genio, un Mozart del flamenco, un fundador de Pata Negra, multiinstrumentista, con un disco excepcional que conocemos cuantro mataos.
Un mes después de una presentación del disco apoteósica en la sala Revolver, se va a la Celsa a meterse y se muere de una sobredosis. WTF.
Otra cosa de la que hablamos en la comida es del caso Hildegart. O como tu puedes pretender encadenar el talento una vez educado, y como el talento te manda a tomar por el culo.
El efecto Pigmalión, una madre fanática... Un rollo Carrie absoluto. Una historia de flipar.
A lo mejor alguno de vosotros os suena de la película que hicieron sobre el caso, dirigida por Fernando Fernán Gómez, en 1977:
Como le dije a @jaime_rdes, es como la peli de Watchmen. Paso de verla. No le pueden hacer justicia.
También hablamos de Alan Moore en la comida. Naturalmente, @jaime_rdes me tiene que joder la vida con ésto:
Alan Moore tenía todas las papeletas para haber descarrillado como Ray Heredia. El hecho que haya llegado a ser Alan Moore es una exhibición brutal de Random Shit y talento que se abre paso, a partes iguales.
Tan Random Shit que llega a los Fantastic Four porque el encargó a su madre un comic con "cuatro tipos de azul" en la portada, que era un comic de BlackHawk, y la madre que no era precisamente Will Eisner, le trajo el #3 de FF. Y le vuela la tapa de los sesos.
Comenzó a traficar con LSD en la escuela, y fue expulsado por hacerlo en 1970. Alan Moore es expulsado del colegio. El puto Alan Moore.
El director de la escuela posteriormente "se puso en contacto con varios otros centros académicos a los que había solicitado plaza y les dijo que no me aceptaran porque era un peligro para el bienestar moral del resto de los estudiantes de allí, lo que posiblemente era cierto".
Alan Moore está a punto de echarse a perder por completo, y terminar con sus huesos en un matadero de Northampton. Desollando ovejas. El puto Alan Moore.
No tengo que decir que siempre digo que Alan Moore hay que leerlo igual que se sube el Everest: Ropa, mochila, barritas energéticas y crampones de los duros. No puedes afrontarlo como si fueras a leer un Mortadelo, con todo el respeto para el maestro Ibáñez.
Para leer como es debido Watchmen, o From Hell, hay que tomarse una tarde libre, cuadernillo, tablet y a tomar notas. Como el puto Ulysses, que hasta que no me compré la versión Annotated no tenía ni puta idea de qué cojones me quería decir Joyce.
Joyce, otro que tal. Le tienen que editar de mara clandestina el Ulysses dos lesbianas que se la juegan por el, a las que luego deja tiradas como un trapo.
Por favor, no puede ser, otra vez turra limit, no he acabado ni de poner la mesa. En fin, oración, despedida y cierre.
El talento es un concepto muchas veces invocado, pocas veces identificado, y normalmente maltratado. Nos gusta en abstracto pero nos repele en concreto.
El talento para crear cosas de valor, desde contenidos relevantes a objetos bellos o útiles, y el talento para hacer dinero son dos talentos diferentes. El último es imprescindible para vivir, el primero para pasar a la posteridad.
Una cantidad indecente de talento se desperdicia todos los días yendo a sumideros donde es ignorado, mientras que un montón de mercaderes hacen dinero sin talento alguno. No pasa nada, es lo normal.
Es un hecho consumado, que ocurre de manera sistemática. El talento reconocido y capitalizado es una excepción, no una norma. Es un feliz accidente, que ocurre de vez en cuando.
El talento crudo, cuando opera al mismo nivel con el talento necesario para capitalizarlo, es lightning in a bottle. Es un momento perfecto, es una canasta limpia, algo sencillamente inigualable. Un perfect bite. Algo digno de ser apreciado en lo que vale.
El ser humano es una búsqueda constante de ese momento mágico cuando el talento es canalizado y reconocido, no hay cosa más gloriosa que cuando ambas cosas hacen click, o cuando coinciden dos maestros de cada tipo de talento. (Wozniak/Jobs - Van Halen/David Lee Roth) #finhilo