Al azar en general se le solía representar como a una diosa, todopoderosa, inclemente, y voluble

En el hilo turras de hoy, voy a hablar de un tema bastante espinoso que me cayó en #preguntaalrecu. Vamos allá.

Al azar en general se le solía representar como a una diosa, como bien saben mis compañeros de viaje en el mundo del juego. Todopoderosa, inclemente, y voluble, como eran los atributos que se solía atribuir al espíritu femenino.

La Tyche griega, que luego derivó en la Fortuna romana, era así. Muchas veces se la representaba, al igual que a la justicia, con una venda en los ojos. Aunque probablemente por razones diferentes. La justicia por limitarse a los hechos y la suerte por lo caprichosa.

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Otra iconografía clásica incluye una cornucopia y la rueda de la fortuna, indicando que al agraciado por la diosa le podía llover la abundancia y que el resultado de sus decisiones era completamente impredecible.

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Jugar se convierte así, en algo consustancial al ser humano, en una metáfora de doblarle el brazo a los dioses, en una alegoría de que incluso teniendo todo en contra, la diosa te podía conceder su favor en cualquier momento.

Naturalmente esto chocaba frontalmente con la imagen del Dios benévolo y protector o con la imagen del Estado benévolo y protector, y por eso nunca le ha hecho gracia al catecumenado clásico ni al neocatecumenado.

De hecho, al final a Tyche ni siquiera se le prestaba culto, y quedó reducida una abstracción del destino. El azar, fundamentalmente, lo que es es una realidad cósmica. Que choca frontalmente con nuestro antropocentrismo.

De hecho, una representación iconográfica moderna del azar que propongo a partir de ahora, sería este señor.

A mí esto me parece una representación de Tyche en el siglo XXI.

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Este señor es otra buena opción, definitivamente.

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Bien, lo que ocurre, que es fascinante, y que tiene una conexión directa con el CPS es que cuando no somos capaces de deducir la mecánica subyacente que causa un efecto, a todos los efectos es como si fuera aleatorio.

Si supiéramos exactamente una serie de parámetros en la rueda de la fortuna que incluyen fuerza inicial, rozamiento del palito, y otra serie de coeficientes físicos, podríamos predecir con total seguridad donde se pararía.

Todos los que sois del gremio y hemos compartido carrera, sabemos que los números aleatorios generados por los procesadores no lo son tal, sino que están asociados a fenómenos complicadísimos de predecir, como el número de nanosegundos que lleva encendido.

En resumen, hay muchísimos factores en un hecho aparentemente aleatorio que son en realidad solo difíciles de predecir o modelar, y que a todos los efectos para la gente que los sufre, los convierte en aleatorios.

En la antigüedad, se atribuían sus efectos a los dioses, pero según ha ido avanzando a la ciencia, hemos ido dándonos cuenta de que corresponden a fenómenos físicos subyacentes que sencillamente antes no entendíamos.

La pregunta surge: es un fenómeno aleatorio realmente aleatorio o realmente no sabemos o no podemos modelar las fuerzas subyacentes que le dan origen??

Y si el CPS es realmente en cierta manera la gestión de la incertidumbre y el análisis profundo de lo que causa los hechos en realidad, qué relación tiene con la suerte? no deberían ser enemigos mortales?

La respuesta es que poca gente entiende tan bien a la suerte como el CPS, y le presenta multitud de sacrificios en su altar. A pesar de lo absolutamente antiintuitivo que parezca esto.

Y esto viene de lejos: solo hay que ver lo que opinaban estrategas clásicos históricos como el Cardenal Mazarino o el propio Napoleón, como recuerdan estos dos gafotas tan simpáticos:

La estrategia de verdad, la autoconsciencia de verdad, le entrega su parte de mérito a la suerte SIEMPRE.

Este señor, posiblemente the GOAT, admitió hace poco que trascendió a todo y se convirtió en un icono en parte debido a suerte y timing.

Si f*****g MJ lo admite, A todos los que han tenido éxito en cualquier circunstancia, les conviene admitir que ha tenido algo que ver.

Vamos a seguir con la conexión con el CPS. En su momento, publiqué este artículo donde hice mi modelo de todo a cien para representar los factores que contribuyen al éxito que hubiera podido tener una persona:

En el entrego a la suerte un porcentaje brutal, y del porcentaje brutal que le corresponde a la suerte, el timing se lleva la parte del leon.

Asumo que mi modelo es ligero, no pretende representar la realidad, y tiene una fuerte carga subjetiva, después de todo no soy economista. Pero aún así con todo queda claro la contribución que le doy a la diosa fortuna en el resultado de las cosas. Mucha. Muchísima.

Lo paradójico de todo esto es que el cerebro humano gestiona fatal las situaciones de incertidumbre. Nos bloqueamos completamente y funcionamos horriblemente.

Sumémosle a esto que gestionamos los riesgos como el culo, como ya probaron Kahneman y Tversky y ya tenemos la receta del pastel de la muerte.

Por eso nos vuelven locos los timadores que nos ofrecen certidumbres en un mundo de incertidumbres. Los futurólogos, los astrólogos, los curanderos... la gente que de alguna manera nos baja la ansiedad con un opiáceo ficticio.

Entonces que hacer??. Y que hacer desde el CPS?? Bueno, yo como CPSer ofrecía una alternativa desde mi ensayo en este libro:

Utopía: Tecnofuturos 2020

Mi ensayo se llamaba “ abrazar un árbol, abrazar la complejidad “ y hablaba de la única manera que tenemos de gestionar la incertidumbre desde el CPS: sumergirnos en ella y convivir.

Nadie mejor que un enemigo frontal de la tontería como un matemático para dejarlo claro: “La incertidumbre es la única certeza que existe” - John Allen Paulos.

John Allen Paulos

La incertidumbre es un poco como el agua fría en la piscina, necesitamos sumergirnos en ella y acostumbrarnos a la temperatura para poder ser operativos. Si no hacemos más que intentar meter los dedos de los pies, difícilmente nos lanzaremos a ella.

Y entonces el CPS que es en ésta metáfora?? Un traje de neopreno, vaselina, ayudas. Herramientas. Maneras de sentirnos mejor, pero al agua hay que lanzarse.

Por no mencionar que es el único mecanismo real para ser capaz de desenmarañar alguna de las cosas que antes nos limitamos a no entender. A todos los efectos cognitivos, no somos capaces de distinguir entre lo que ocurre de manera aleatoria de lo que no somos capaces de entender.

Podemos operar con algunos sistemas que son cajas negras, pero desde el mismo momento en que no entendemos exactamente cómo funcionan, estaremos sometidos a la posibilidad de que ocurra algún hecho aleatorio fuera de nuestra comprensión.

Así que venga, vamos a ir cerrando, a pesar de que podía estar aquí seis meses hablando del tema. TLR: Turra Limit Rules.

Existe la suerte??. Si. Influencia en el resultado de las cosas? Si, muchísimo, particularmente en las que no hay modelo conocido subyacente válido. Es bastante probable que la gente que identifiquemos como exitosa haya tenido muchísima suerte.

Eso implica que nos debemos abandonar a ella? No, es caprichosa y nosotros podemos poner el otro 50% de la ecuación. Todo lo que identificamos, suerte es suerte? No, lo que no entendemos se suele achacar a la suerte también.

El CPSer de verdad tiene una actitud con la suerte de respeto y de asimilación de su existencia, pero al mismo tiempo de intento denodado de determinar qué es realmente suerte de lo que sencillamente no entendemos.

Y sobre todo, es funcional en entornos donde no hay nada escrito y donde no hay mapas al respecto, y es perfectamente capaz de lanzar hipótesis plausibles y estratégicas, que no espaguetis a la pared, cuando se encuentra en el agua helada.

Y al mismo tiempo es capaz de vencer a la tendencia natural del cerebro de ver patrones donde no los hay, a distinguir causalidad de casualidad y a como decía Kipling, tratar por igual ambos impostores. #finhilo